
· Por Fernanda Pérez Núñez
La magia de escribir y hacer sentido a la vida.
Al principio, la idea de llevar un diario me parecía intimidante. ¿Qué iba a escribir? ¿Realmente tenía algo importante que decir cada día? Quiero compartirles uno de los rituales más transformadores que he encontrado en mi propio camino hacia el bienestar emocional y no se trata de perfección literaria, sino de un espacio seguro para volcar tus pensamientos, sentimientos y experiencias sin juicio. Es tu lugar, tu refugio, tu conversación más honesta contigo misma.
Los beneficios inesperados de mis escritos matutinos
Empecé a integrar la escritura en mi rutina matutina, un hábito que ahora valoro como oro. Los beneficios de llevar un diario se hicieron evidentes casi de inmediato:
-
Claridad Mental: Es como si al poner mis pensamientos en papel, estos dejaran de dar vueltas caóticamente en mi cabeza. Me ayudó a clarificar mi mente, a identificar patrones de pensamiento y a entender mis emociones.
-
Reducción del Estrés: Las páginas se convirtieron en un lugar para liberar la ansiedad y el estrés. Escribir me permitía procesar las preocupaciones del día o de la semana, dejando espacio para la calma.
-
Autoexploración y Autoconocimiento: Empecé a notar cosas sobre mí que antes pasaban desapercibidas: mis miedos, mis sueños, mis fortalezas y mis desafíos. Fue un proceso fascinante de autoconocimiento y aceptación.
-
Resolución de Problemas: Muchas veces, al escribir sobre un problema, la solución aparecía de forma más clara. Verlo en papel me daba una nueva perspectiva.
Recuerdo perfectamente cuando empecé mi primer carpeta de Ofelia Mía. Opté por las hojas de rayas, pensando que la estructura me ayudaría a mantener mis pensamientos organizados. Y así fue. Durante semanas, llené esas páginas con reflexiones, listas, desahogos y pequeños logros. La simple acción de llenar espacios me dio la constancia necesaria para establecer el hábito. Mis ideas fluían, mis preocupaciones pesaban menos al ser plasmadas, y la rutina se sentía cada vez más natural.
Pero a medida que el hábito de la escritura se arraigaba, empecé a sentir la necesidad de algo más. Mis emociones y anécdotas no siempre se ajustaban a las líneas. A veces, quería dibujar cómo me sentía ese día, o hacer un mapa de mis pensamientos, o simplemente garabatear una idea.
Me atreví a probar las hojas con puntos (tipo dot grid). ¡Qué revelación! La guía de los puntos me ofrecía estructura cuando la necesitaba para escribir, pero también una increíble libertad creativa para dibujar, crear bullet journals o diseñar mis propios esquemas. Y de ahí, el salto a la hoja de dibujo fue orgánico y liberador.
Ahora, mi Ofelia Mía es una extensión de mí. Hay días de escritura pura en mis páginas rayadas, otros de organización en mis puntos, y momentos donde mis emociones y anécdotas se transforman en colores, formas y pequeños dibujos en las hojas en blanco. Es ahí donde realmente siento que he encontrado mi forma más auténtica y libre de hacer lo que investigué se conoce como journaling terapéutico. Es la combinación perfecta de estructura y libertad, reflejando mi propio crecimiento.
No importa si eliges escribir, dibujar o combinar ambos, el acto de volcar tus pensamientos en papel es increíblemente poderoso. Tus carpetas personalizables Ofelia Mía están esperando ser llenadas con tu voz, tus sueños y tu evolución.
Con cariño,
Nat.
(Explora nuestras colecciones y arma la carpeta perfecta que te acompañará en cada paso de tu vida personal o profesional. ¡Recuerda que puedes armarla a tu gusto! ¡Haz clic aquí para ver nuestros interiores y personaliza tu carpeta hoy!)